En cuanto comenzamos a oír los disparos, Fulanita, Levon
y yo nos pusimos en estado máximo de alerta, pensando a toda velocidad.
En cuestión de segundos Levon encendió la luz y las
cámaras para ver el combate entre un ser y Sergio, al que estaban desgarrando
sin ton ni son.
No sé si fue pura casualidad, que desvié la vista hacia
otra cámara y vi a uno de esos seres salir de un conducto de ventilación,
trepar por el techo y volver a introducirse en el siguiente en dirección a la
cabina de mando.
En ese preciso instante todos mis sentidos se pusieron en
máxima alerta y se me erizó hasta el último pelo de la cola.
-¡Una de esas cosas viene hacia nosotros!- fue todo lo
que alcancé a decir antes de echar una vista rápida por el puente y encontrar
una rendija.
En apenas 3 segundos ya había desenfundado mi pistola y
había sacado las garras en dirección a la rejilla. Al momento se unió Fulanita
cubriendo el otro flanco y Levon, con destornillador en mano, trepó hacia ella
para asegurarla.
En cuanto terminó y se retiró, pasamos alrededor de cinco
minutos en absoluta tensión apuntando a la rejilla ya que todos los que tenían experiencia
en el combate ahora mismo estaban en el pasillo transportando a un compañero
herido.
En cuanto entraron los del pasillo empezaron a intentar
ayudar a curar a Sergio.
En lo único que podía pensar yo era: ‘¿Qué demonios ha
pasado?’